sábado, 29 de noviembre de 2014

Entrevero

07:30 de la mañana, Montevideo, una noche larga en vela.
 Cuando ni el cansancio logra vencer a los fantasmas que acorralan la mente y el ansia por el final de la noche se hace mas urgente que la necesidad de soñar, te levantas y decides que es un buen momento para comenzar a organizar el resto de tu vida.
Quienes me conocen saben que es cuando calzo mis deportivas y salgo a caminar, acompañado de mis cigarrillos, ya no temo al cáncer se seguro que no sera eso lo que me mate, emprendo la marcha al mejor estilo de un Forrest Gump hispanohablante.
No haré el relato típico de "la ciudad se despierta lentamente en un manto de silencio" entre otras cosas porque esta ciudad en concreto no duerme, solo ralentiza su ritmo unas horas y porque seria demasiado cursi hasta para mi.
Paro un momento para escribir(divagar chorradas) esta lineas en una plaza emblemática, la del "entrevero", el fresco de la mañana ayuda a despejarme aun mas aquí, los pocos ocupantes a estas horas de este espacio son unas parejas trasnochadas abrazándose y soñando cada uno con que ese momento sera eterno y que el futuro deparara a cada uno lo que espera del otro en ese momento. 
A mi lado un can de raza indescifrable se sienta y tuerce su cabeza como en un gesto de incomprensión mientras me mira . 
Delante mío un amasijo de personajes humanos y animales tallados en bronce reflejando el fragor de una batalla, eternamente, como si nunca fuese a terminar, como si acabada la misma ya nada tuviese sentido. 
Al fin y al cabo todo se reduce a eso, que nos queda cuando ya no queda por que luchar, que sentido o valor tiene el trascurrir sin mas.
Que valor tienen los afectos si no se batalla cada día por mantenerlos, de que sirve una libertad que no es ganada si no concedida. 
Las lanzas que asoman entre el amasijo comienzan a proyectar su sombra sobre los amantes, mi compañero cánido se aleja luego de un rato y busca la atención de otros amanecidos. Al caminar hacia una esquina de la plaza me encuentro con una placa que conmemora el momento y lugar en que en 1973 otro amasijo de gente se congregaba para protestar contra el atropello a sus libertades como pueblo.
No era de esto de lo que había empezado a hablar, pero gracias por escuchar, he resuelto ya una parte de lo que había salido a buscar.
Yo he decidido luchar eternamente, otros les basta con sentarse a esperar, pero para mi si tendrá sentido.
El Pibe.

viernes, 18 de julio de 2014

Atormentado

Atormentado 

que me impide sentirme solo?
acaso eres tu, quien dentro de mi
no cesa de mantenerme consciente?
quien me obliga a pensar
la voz que surge impertinente
en aquellas frías noches sentado 
contemplando el cielo y añorando
quien me provee de sentimientos
quien me plantea dudas
que pone en mi mente
las palabras que escribo
en mi boca el verbo conjugado
en mis ojos las lagrimas de amor,
dolor y alegría

nunca he podido sentirme solo
siempre has estado ahí
apareces sin quererte, ni pronunciarte
eres alma, pensamiento o consciencia?

se de otros, quienes son felices
que se abandonan al egoísmo
a la vulgaridad y procacidad
que no temen envidiar
que por conseguir su objetivo,
aunque solo sea banal y pasajero
destruyen, humillan y engañan
que se regocijan en lo vacuo e insustancial
que rodeados de la turba
están solos de ti.

por que no me abandonas
porque no me permites
revolcarme en el mismo fango
de banalidad y desidia
déjame una vez estar solo
solo de ti, para ser feliz,
o tan siquiera creerlo.

El Pibe

sábado, 28 de junio de 2014


Podría decir

y comparar esta gesta con la de los 33 orientales, pero nos faltarían 11
que ya lo hicimos y lo volveremos a hacer, pero me acuerdo de Pacheco Areco y me da repelús.
que Luisito es un jugador más, pero no me lo creo ni yo.
que hay más cosas más importantes que el fútbol y la injusticia cometida con Luis, pero soy uruguayo y no nos gusta (perdonen la expresión) que una banda de mafiosos nos meta el dedo en el culo.
conformarme con que ya no tenemos espacio para otra estrella más sobre el escudo de la AUF,(pa´ que chupen los giles, cuatro campeonatos no nos quita nadie y eso les tiene que doler en el orto de Blatter), pero no somos conformistas.

Por qué hoy reconozco el rival que tenemos delante, y se merecen ganar tanto como nosotros, pero quiero ver otra gesta.
Una gesta como a las que nos acostumbraron a oír:
que un tipo normal, en su época, enarbole la bandera de la liberación y todo su pueblo lo siga
que 33 patriota crucen el charco para en la Agraciada plantarle cara a la opresión
que resistamos invasiones de imperios de ultramar, nosotros un cachito de tierra apenas poblado.
que sigamos existiendo entre dos gigantes
que todavía le duela a un gigante como Brasil que les arruináramos la fiesta en el ´50
que somos un pueblo que a pesar de una dictadura y gobiernos bipartidistas nefastos que nos arruinaron durante años, logramos salir adelante.
que con un presidente que conduce un fusca y vive en una chacra somos un ejemplo de democracia y de avance social en el mundo.
que les duele tanto cuando nos movemos, que se ensañan con nosotros
que un pibe de Salto le mete miedo a la FIFA y para pararlo tienen que contar con los votos de los representantes de Islas Caimán, ¡ ISLAS CAIMÁN! desde cuando nos pueden hablar de ética en ningún caso desde Islas Caimán, hogar de las finanzas de los mafiosos. ¿qué será lo próximo, el nobel de la Paz a "Ahmadineyad" ? ¿proponer a la FIFA a un premio a la transparencia?

Por todo eso, hoy tenemos que ganar, porque hoy salen 11 orientales a la cancha a defender el honor de un pueblo, que no están solos, que 3 millones en el paisito y más de 600.000 en la diáspora estamos detrás del balón.

somos los que rezamos
los que gritamos
los que lloramos
los que encienden velas
los que se nos encoje el corazón
los que puteamos al juez
los que no vamos a apoyar con nuestro pecunio a ningún socio o auspiciante de la mafia futbolística
y los que con cada gol le gritaremos a la cara a la Fifa

VÁMO ARRIBA URUGUAY, VAMOS QUE PODEMOS
El Pibe


martes, 24 de junio de 2014

Uruguayos

Uruguayos

Para vos, que cuando te conocí El Pepe era un terrorista y no merecía tu respeto y yo, un hipócrita que lo votaba pero tenia una empresa. Luego, y hasta hace unos meses, era el mejor presidente del mundo, un estadista, un ejemplo de humildad que te emocionaba con sus palabras, y ahora que las papas queman otra vez, es un demagogo y nos engaña.

Para vos, que cuando Luisito , caliente en una jugada, le dijo lo que le dijo a Evra, pusiste el grito en el cielo y soltaste lo de que "eso es lo que nos hace ver mal a los uruguayos".Y ahora después de los goles en el anterior y este mundial, de los post en facebook, de que todo el mundo le hace la ola, ahora sos fan numero 1 y te sabes la vida.
Para vos que después del partido contra Costa Rica, que también le gano a Italia, dijiste que teníamos que volvernos, y ahora me venís con lo de la garra charrúa y desempolvas la bandera.
Para vos que sos uruguayo/a, solo cuando es "cool", "cheto","de onda", "guay", o "posteable"
Hoy salen 11 compatriotas a la cancha, al país entero se le vuelca el corazón, y te quiero ver festejar, gritar los goles y sacar la bandera a la calle, donde estés, en Montevideo, Barcelona, Madrid, Los Angeles, Amsterdam o incluso en Buenos Aires donde muchos hermanos argentinos festejaron los goles a Inglaterra.
Pero acordate, si perdemos, no sos el único/a que se va a sentir frustrado, y esos muchachos que fueron con Tabárez a Brasil, a intentar regalarle a tu pobre vida un cachito de ilusión, también van a sufrir, no necesitan que vos les entierres el dedo en la llaga, tampoco al resto de los uruguayos que si queremos seguir siendolo..
pero eso, no, no va a pasar.....VAMO´ ARRIBA URUGUAY, VAMO´ ARRIBA QUE PODEMOS !!!!!!!!!!!!
El Pibe.

domingo, 4 de mayo de 2014

El paso del tiempo nos va dejando la memoria, refleja la perseverancia, y define nuestra fortaleza, un muro de piedra, un balcón a lo lejos y una vida en primer plano. La historia la escriben quienes siguen adelante, esta en nosotros verlo y seguir el ejemplo o mirar siempre hacia atrás. "La Memoria"

Oportunidad

Oportunidad
Un día más
Un año más
Unas horas que transcurren
Segundos que no se detienen
Que es el tiempo?
Acaso el camino que no podemos elegir?
Acaso la oportunidad que no pedimos tener?
Acaso como condena, se transforma en espera?
Va marcando nuestro rostro
Dibujando senderos cual mapa de nuestra vida
Miramos atrás, se mezclan recuerdos con ilusiones
Sueños de una vida que quisimos
Anhelos de un porvenir incierto
Alegrías y desengaños de un presente
Sentimientos encontrados
Ironía y sarcasmo del destino
El reloj no se detiene
El sol sigue su curso
La tarde va cayendo
Otra noche que llega
Habrá otro día
Habrá otras horas
Otro camino
Otra oportunidad
Vivirlas es nuestra elección
El paso de las mismas es inexorable

El Pibe 

martes, 15 de abril de 2014

En silencio

que soy si no lo digo?
siento, si callo?
amo, si no lo digo?
vivo, si no lucho?

hambriento de afecto
callo para no alejarte
cierro los ojos para no ver
me alejo para volver
en caminos que no terminan
sendas que no conducen
mas que de regreso a vos

espero, me ilusiono
sueño con estar en los tuyos
me aturdo para evitar
ver que no me ves

tu, me sabes ahí
al lado tuyo
sin restricciones
penosamente incondicional
sin representar un reto
esperando
soñando
muriendo poco a poco

de repente despierto
respiro, siento
quiero que lo veas
no son reproches
son las ansias de estar vivo

otra vez me alejo
pero ya no puedo
vivir sin luchar
ver y callar
sentir sin decir

no pretendo que lo entiendas
no espero que lo veas
no anhelo que lo sientas
solo escribo para recodarme
que aun estoy vivo
que siento
que veo
que no soy solo un personaje
de tu vida y nada mas

El Pibe 

jueves, 10 de abril de 2014

Reivindico a los piropeadores

Reivindico a los piropeadores

a la gente que te llama por la mañana, te deja una nota o te envía un mensaje deseándote un buen día
a los que cuando te ven te regalan una sonrisa por la mañana
a quienes se esfuerzan por que sientas que tu sola presencia es un regalo para ellos
a los niños, que te dan el buenos días y el beso mas tierno que te da fuerzas para seguir
a los días espléndidos, que no es necesario que tengan sol
al café de la mañana con charla, sonrisas y demostraciones de afecto.
a quienes te recuerdan cada vez que pueden que estas aquí por algo y sonríen.
al buenos días papi o mami restregándose lo ojos aunque toque ir a la escuela.
la vida empieza cada día al levantarse, no le demos una bofetada. Pongámosle un café y una sonrisa.
buenos días a todos, todos los días

El Pibe

La boda

La Boda

Campanas que doblan
repícan sin parar
a quién llaman, 
quien vendrá
campanas de duelo
reclamo de dolor

el amor será imposible
el cuerpo frío de los amantes
que ya no llegarán al altar
esa iglesia engalanada
para una boda truncada
en capilla ardiente convertida
reunirá a los amantes
cuyos votos no pronunciarán

un compromiso sin sellar
un amor sin consumar
los dos cuerpos reunidos
delante de ese altar
la muerte los ha reunido
la pasión no tendrá lugar

una curva traicionera
una distracción fatal
reían en ese instante
soñaban con el día anhelado
encontraron ambos cuerpos
fundidos en un abrazo
terminaron juntos sus vidas
como soñaban comenzar
nadie sabrá sin embargo
que otra vida no llegó
ese fruto del amor
en la lapida no tendrá mención.

doblan las campanas
ahogan el llanto de los dolientes
ya no se celebrara la vida
la muerte ha vuelto a ganar

El Pibe.

Solo y con la luz de una estrella en las manos

Solo y con la luz de una estrella en las manos.

Amancio Pena, a lomos de su alazán, cabalgaba lento hacia ningún lugar pero sabedor de su destino.
En la Pampa, el viento arrecia, la noche avanza sigilosa como un puma al acecho. Lejos queda aun el siguiente poblado, Amancio y el alazán buscan refugio a la orilla de una cañada, entre los quebrachos una roca grande ofrece cobijo al viento, desmonta, quita el apero y en un remanso da de beber a su caballo mientras el se refresca la boca con un trago de ginebra.
De una tripa reseca, saca el último bocado de charque, mastica lento para matar el hambre, acompaña con la ginebra que es lo único que le dará calor, enciende un fuego chiquito, no quiere llamar la atención del malevaje.
La noche ya le enciende las luminarias del cielo, Amancio recuerda las historias del tata, de cómo Dios colgó las estrellas en el firmamento, se siente solo.
Hace tiempo que dejo la estancia, aquella china le perdió la cabeza, la última noche en “La Graciela” se jugó la suerte con el Pardo Viera, la china había estado jugando con los dos hombres y cada uno por su lado pretendía defender su honor. Salieron a relucir los fierros, aquello no iba a quedar en una simple trifulca, la rabia clamaba sangre, el corazón herido de esos gauchos exigía lavar con ella la ofensa. El primer tajo lo acertó el Amancio, el Viera se retorció en el dolor, en esas estaban cuando llego la autoridad y Amancio, hacedor de la primera sangre debió salir huyendo.
Esta fue la razón de encontrar a nuestro solitario en aquella llanura, reflexiona Amancio sobre lo sucedido. El Viera, se había criado en la misma estancia que el, en un rancho cerca del de su tata, habían compartido petizo para ir a la única escuela del pago, le había enseñado a trampear a las tabas pa´hacerse de un mango, las primeras borracheras, la primera pelea en el baile que Amancio logro sacar al Viera a lomos del alazán antes que los hermanos Pereira le hincharan la jeta. Pero compartir la china, eso no, el Viera era como su hermano, pero la china era suya “y de naides mas”
Solo, Amancio, sentado delante del fuego, con la única compañía de la botella y su alazán, junta las manos como en un rezo, le habla a su china mientras mueve nervioso los dedos, la soledad y la falta de respuesta de la que no está hace que le invada la angustia, desesperado sin poder conciliar el sueño se levanta, da un grito desesperado que se disipa en la noche inmensa de la Pampa, bebe el último trago de ginebra y se queda reflexionando, se dice que la va a olvidar pero no puede.
Alza las manos al cielo, la luz de una estrella se ilumina en sus manos y Amancio se pregunta “CHINA RENEGAA, POR QUE CARAJO NO ME RESPONDE LOS WHATSAPP? Puta carajo, no tengo señal”
El Pibe
Humilde homenaje a Fontanarrosa.

martes, 1 de abril de 2014

Esperanza

Esperanza

Esperanza, anhelo
el niño en su cama
espera la mañana
espera a su padre
otra vez en casa
espera interminable
incertidumbre de varios días
ya todo se acaba
la enfermedad ha remitido

Se duerme sonriendo
se duerme con ilusión
la noche le abraza
como lo hará su padre
a la mañana siguiente
rodeado de recuerdos
sueña feliz, sueños de niño

Avanza la noche sin sospechar
el rumor de la calle se apaga
de pronto, una ráfaga helada
entra en la habitación
unas manos gélidas
le acarician con pena
suavemente una voz
conocida, no esperada
le despierta de su felicidad

Rostros acongojados
contemplan su despertar
silenciosos lo observan
nadie se atreve a romper
el silencio interminable
la angustia le invade

Por fin, llega un abrazo
no es amor, es contención
una voz rota le anuncia
lo que nunca querrá aceptar

La mañana soñada
el anhelo feliz
no llegara jamás
esa noche el destino
decidió cambiar de rumbo

Un llanto ahogado
termina de despertarle
la realidad, maldita realidad
le alcanza como una daga
que destroza su corazón
y aniquila su infancia

El no volverá
seguirá en su mente
pero no habrá más recuerdos
ya no habrá más momentos
que almacenar en la memoria
ya no mas con el.

Es la primera lección
de una clase interminable
sobre la pérdida y el fin
el destino no sabe de tiempos
no mas recuerdos, ya todos están.


El Pibe

sábado, 22 de marzo de 2014

Demasiados demasiado

Demasiados demasiado         

demasiado cansado
para seguir adelante
demasiado lejos
para volver atrás
demasiado tarde
para empezar
demasiado enfermo
para sanar
demasiado solo
para acompañar
demasiado hundido
para apoyar
demasiado frio
para dar calor
demasiado odiado
para volver a amar
demasiado ruin
para ser feliz
demasiado roto
para unir
demasiado desengaño
para creer
demasiado egoísta
para escuchar
demasiado ausente
para acercarme
demasiado inerte
para vivir

Mi cuerpo no siente
la rigidez se apodera de el
por los ríos de mi cuerpo
ya no fluye la vida
el aroma del incienso se disipa
igual que el de esas flores
que alguien sin nombre dejó
la gélida oscuridad me rodea
el rasguñar en la piedra
me dice que viene a por mi
cruje la madera, es verano


Si, estoy muerto
lo se
pero es demasiado pronto
para querer darme cuenta

El Pibe


sábado, 15 de marzo de 2014

Volver (con la venia del Maestro)

Volver decía Gardel
como si el tiempo no existiese
como si los años no hubiesen pasado
veinte años no es nada enfatizaba el maestro
nuestra mente quiere reconocer
en esos rostros que nos esperan
aquellas almas jóvenes del pasado
amigos que se empeñan como uno
en poner un puente desde el pasado
sobre las aguas turbias que ha dejado nuestra vida
al presente del reencuentro

Volver si, al paraje amado
a la querencia de un rincón en el mundo
que sigue siendo el mismo
que poco o nada ha cambiado.

Los amores del pasado
incluso aquellos que nos buscan hoy día
al igual que otros intentan
cruzar esas aguas turbias
no es fácil, no somos los mismos
ni siquiera nuestro corazón lo es
tantas heridas, tantas lágrimas
tantas alegrías que no imaginábamos
tantos abrazos, tantos besos
tanta piel por nuestras manos

Pero volver , si, a ese lugar
a esa silla en el bar
a la tertulia de una noche cualquiera
a la rambla los domingos
a la escollera con los amigos
al ensayo de La Falta
a las noches de bohemia
aunque El Canario no esté

Y otra vez dejamos
sueños en otras tierras
amores que no llevamos
vidas que no seguiremos
lugares que aprendimos a querer
donde fuimos queridos
donde también nos llegó el amor

Volver, volver a dejar
cada vez que nos vamos
dejamos un trozo de nuestra vida
un rompecabezas que jamás
volveremos a juntar


El Pibe

viernes, 14 de marzo de 2014

El Ruso

El Ruso

Diciembre de 1981, yo contaba entonces con 14 años, fue mi primera migración en busca de trabajo, mi padre había fallecido casi dos años antes y las expectativas para mi madre y para mí, en Uruguay, no eran alentadoras.

En Argentina se vivía entonces una de tantas épocas de bonanza económicas y allí estaban mis tíos, Beba la hermana de mi madre y Julio su marido, regenteaban junto a sus hijos una panadería muy cerca de la avenida Juan B. Justo.  Mi tío Julio, hijo de inmigrantes Judíos, había llegado a B. Aires desde Uruguay ya hacía unos cuantos años, con muchísimo esfuerzo, como marcaba la tradición ancestral de su estirpe, había conseguido, no sin algún traspié, una estabilidad económica al lado de una mujer extraordinaria y habían formado una familia que trabajaba y vivía en base al principio del trabajo duro y constante.

Mi tío, recordaba siempre con cariño la figura de mi padre, años antes  habían mantenido además de la relación familiar derivada de sus parejas una gran amistad, que pese a las dificultades  de algún momento, perduraba en el tiempo. Al fallecer mi padre, fueron los primeros en aparecer en escena ofreciendo sin restricciones  su apoyo en aquellos momentos difíciles, al punto de ofrecernos no solo la posibilidad de trabajar con ellos, sino también su hogar y cariño y el de su familia.

Así, en aquel verano, nos trasladamos a Buenos aires, mi madre comenzó a trabajar con mi tía en la tienda de aquella panadería en la calle Añasco y yo junto con mi primo a ayudar en la “cuadra” de aquella panadería.  Por supuesto que una de las condiciones que ponían a aquella colaboración era que yo continuase mis estudios, motivo por el cual sabía que el esfuerzo seria por partida doble, Así empezó mi periplo estudiantil que termino con un bachillerato acabado a base de exámenes libres preparándolos en una academia en Ituzaingo y desplazándome a Montevideo cada 3 meses a presentarme a los mismos. Metodología que continuo aun cuando regrese por fin a Montevideo en el año 84 para poder así seguir trabajando y compaginando los estudios.

Aquellos años marcaron a fuego lo que sería el resto de mi vida, no me falto en ningún momento el apoyo emocional que necesitaba, la figura de aquel hombre que, a pesar de las dificultades y desengaños sufridos de parte de quienes él nunca supo negar ayuda, seguía manteniendo aquella actitud solidaria, término representando la figura paterna perdida trágicamente.

Vivimos entonces aquel episodio trágico en la historia de esa nación, la Guerra de las Malvinas, declarada el 2 de abril de 1982 y que  conmociono a todo el país, y en el seno de aquella familia se vivió con el nerviosismo lógico provocado por la incertidumbre de no saber cuándo llamarían a filas a uno de sus hijos.
Aquella guerra infame, por un trozo de tierra que nadie hasta entonces quería, en donde ondeaba una bandera que nunca debió hacerlo de una potencia de ultramar lejana, dejó como saldo casi un millar de muertes entre los 2 bandos y decenas de miles de vidas jóvenes marcadas por el horror de un conflicto absurdo.

Una junta militar consciente de que llegaba al fin de sus días decidió, como estrategia propagandística, reclamar aquel territorio sin importarle el saldo inmoral de vidas de aquellos jóvenes obligados a participar.
No hare un relato de lo ocurrido durante el conflicto, de ello se ha hablado hasta el hartazgo y quien no lo conozca lo puede googlear tranquilamente y verlo desde el prisma que prefiera. En aquel hogar se intentaba diariamente mantener la calma y evitar hablar de lo obvio, nadie podía adivinar que aquello terminaría en el mes de junio de ese mismo año, para mí y los integrantes de aquel núcleo, nos parecieron décadas.

En mi recuerdo sigue latente la figura de aquel hombre, ni tio, que poco tiempo después dejo este mundo, sigue hoy vivo como un ejemplo de solidaridad no solo con los más cercanos, sino también con cualquiera que su corazón le dictara merecía ser ayudado.

A su lado su mujer, Beba, con una fortaleza envidiable y sentido de entrega a la familia, mantenía a raya a base de interminables horas de trabajo la economía de aquella empresa familiar. Emprendedora como pocas he conocido en mi vida, no recuerdo ya que no supiera hacer, su paso firme y decidido por la vida, arremetía  contra las dificultades como un verdadero huracán y quienes íbamos detrás sabíamos que podría con todo. Esa actitud y fortaleza mantenía en alto la moral de aquella unidad como el mejor comandante ante su tropa. Nunca la vi flaquear, no en los peores momentos, ni cuando el dejo de estar, ni muchos años después cuando el deterioro de los la edad empezó a hacer mella en su salud.

Hoy, cuando me planteo mi vuelta al país tengo la suerte de contar con el apoyo de mi primo, no pasa una semana en que lo tenga detrás preguntándome sobre el avance de los tramites, llamando para apoyarme y animarme. Hoy le he visto, cosas de estas redes sociales, nos conectamos y junto a su pareja y su niña pude verlo, cosas de la genética es la figura viva de mi tío, una mujer  maravillosa a su lado que lleva meses escribiéndome y dándome ánimos  y reiterándome su apoyo incondicional, es como volver a vivir aquellos años.

José , el Ruso como le han dicho siempre al igual que a su padre, es otra alma solidaria, un padre comprometido y un laburante incansable, que siguiendo los pasos que sus progenitores le marcaron es alguien que no deja en la estacada a quien necesita, esta como yo necesito que este, recordándome lo que fui y lo que soy capaz de conseguir, confiando y haciéndomelo saber, en que esta es solo una etapa más para mí, que el cambio puede no ser fácil pero, además de necesario, será positivo porque seguir hacia adelante es la única opción válida.

Gracias Ruso, gracias otra vez por estar y demostrarme que aún queda gente como vos.

Hoy es viernes, mañana Shabbat,
 Shalom aleijem.


El Pibe

lunes, 10 de marzo de 2014

Don Luis, el quiosquero

Don Luis, el quiosquero.


1976, mi infancia transcurría en la ciudad de Las Piedras, cursaba 4º de primaria en el colegio San isidro, como todas las mañanas había salido temprano rumbo al colegio, no sin antes pasar por el bar de mi viejo a darle los buenos días (mi papá se levantaba todos los días a las 4 de la mañana para abrir el bar) y continuar camino pasando por el quiosco de don Luis que estaba en la misma esquina y donde me aprovisionaba de chicles y figurítas(cuando no de contrabando de unos chicles que venían con unas cartas con “señoritas “en ropa interior, quien de mi generación no se las ingeniaba en conseguirlas?).

Esa mañana, cosa que me extraño, mi rutina se vio truncada debido a que el quiosco de don Luis estaba cerrado, solía abrir un poco antes de la hora en que los botijas del barrio salieran rumbo a clase. Esa mañana sin embargo faltó a la cita, mi papá me dijo que lo había visto entrar por la mañana temprano pero que luego le perdió de vista, que seguramente hubiese tenido que ir nuevamente a atender a Doña Claudia, su mujer, que estaría en otro de sus ataques.

Don Luis era un tipo amable, con un nivel cultural envidiable y buen oído para la gente. Mi viejo le había llegado a tener mucho aprecio, no era un habitué de las cenas en casa ni de las salidas con amigos o excursiones que se organizaban en el bar, era un hombre generoso que siempre estaba echando una mano a quien lo necesitara con la mayor discreción posible.

Había llegado a nuestras vidas unos años antes, el quiosco, pasó a ser una seña de identidad más delante del “Ruta 48” y su dueño alguien muy querido en el barrio.
Luis viva solo con su mujer, Doña Claudia, una mujer amable y de unos modales exquisitos , su figura alta y delgada y las facciones de su rostro, permitían adivinar fácilmente cual fue el motivo de que don Luis se fijase en ella 35 años atrás. Él era un hombre totalmente  calvo, de bigote a lo mostacho perfectamente recortado, sin barba. Llevaba siempre su pipa encendida, impregnado el aire con olor a chocolate de su Half and Half, mientras en la radio del quiosco, arrinconada en aquel diminuto espacio, sonaba por la mañana algún aria de Bellini, Bizet o Mascagni en la Sodre.

Sabíamos en el barrio, que cuando el quiosco estaba cerrado, en los horarios habituales de trabajo, la razón más probable era que Don Luis hubiese tenido que salir corriendo a socorrer y contener a su mujer en medio de una de sus tantas crisis.

El caso es que, hacia aquel día 10 años, se había muerto Carlos, su hijo, ahogado en uno de esos tantos accidentes en las lagunas de las canteras de nuestro país y que abundan en el departamento de Canelones.
Doña Claudia no había podido, no digo ya superar porque eso no creo que ninguno de nosotros pudiese, ni mantener un mínimo de equilibrio emocional. Llevaba desde el día del accidente, en el que estaban con él, teniendo alucinaciones, crisis de nervios y episodios de ausencia que terminaban con Luis buscándola por toda la ciudad, apareciendo generalmente en el cementerio de las piedras o en la cantera del fatal accidente.
Estas crisis y/o episodios de ausencia en los que ella creía ver a su hijo y salía a su encuentro, se sucedían a cualquier hora del día, encontrándose mi padre a veces a las 4 de la mañana  con Luis acompañando a su mujer de regreso a casa. Él era su apoyo, parecía ser el más fuerte, más de una vez había oído decir a la gente “la fuerza que tiene Luis, que no solo lleva su propio dolor, que además se hace cargo de su mujer”. Si, Luis parecía un hombre muy fuerte, entero, capaz de seguir adelante y con la cordura y el temple necesario que requería esa situación.

Aquella mañana, todos nos imaginamos lo mismo, que volvía a repetirse lo de casi todos los días, y que a la tarde tendríamos otra vez a aquel hombre amable y generoso que nos regalaba una sonrisa, un poco de charla y si estabas pasando un momento apurado (como o vi más de una vez) “llévale un cochecito a tu nene, ya me lo pagaras cuando puedas”.
Ese mediodía, a la salida del colegio, me esperaba Caraballo (el amigo de mi papa) yo llevaba ya desde 2º volviendo solo caminando hasta el bar de mi viejo, comía y hacia los deberes ahí hasta que mi madre terminaba de trabajar. Le pregunté qué hacía ahí, que yo no necesitaba que me acompañase que yo me iba solo y me dijo que mis padres habían dicho que me fuese a casa directamente, que estaban todos bien y que no había pasado nada pero que fuese a casa directo.

Con 10 años yo tenía clara una cosa, cuando alguien te dice que en una misma frase “están todos bien y no pasa nada” es que algo malo, muy malo y que no quieren que sepas ha pasado.
Esa tarde acepte a regañadientes la custodia de Don Caraballo, primero porque él estaba haciendo eso cumpliendo con el pedido de mi viejo por la amistad que les unía y segundo porque en aquella época y con la crianza que uno recibía, cuestionar las directrices de un adulto no era parte de mí, pero mis viejos tendrían que darme una explicación cuando llegasen a casa.
Lamentablemente la primera en llegar fue mi madre, para quienes no la conocen, y la quiero muchísimo, mi madre no se ha caracterizado nunca por ser ni una persona sensible ni por su tacto a la hora de decir las cosas, me soltó todo como si se tratase de la crónica de sucesos de Subrayado. Don Luis había aparecido muerto en el quiosco, para colmo de males no se ahorro detalles comentando con Caraballo la horrible escena.

Mi papa  a eso de las 10 de la mañana se percató de un sobre que alguien había deslizado por debajo de la puerta de la cocina del bar, que solo se habría para dejar entrar a los proveedores, abrió el sobre y se encontró con una carta de despedida de Don Luis y últimas voluntades, que según expresaba, confiaba en el buen hacer de su vecino y amigo para que las hiciese respetar. En la carta se despedía y pedía perdón por lo que iba a hacer y por las molestias que sabía iba a ocasionar, explicaba también que un par de meses antes se había encargado de poner todo a nombre de su mujer para que esta no tuviese que preocuparse de ningún tipo de tramite salvo los inherentes a la pensión que le quedaría por viudedad, hasta lo referente al velatorio y entierro estaban cubiertos por un seguro que había contratado un par de años antes. A mi padre le pedía que por favor hablase la semana siguiente con unas chicas que querían comprar el quiosco e intentase negociar el mejor precio para su mujer. El, decía, lo había intentado, pero ya luego de 10 años, le era imposible seguir llevando la carga de su dolor y la pena constante de su mujer, así como el reproche de esta por no haber salvado la vida de su hijo.

Hoy veo gente lamentándose de su vida en las redes sociales, buscando mensajes y frases , que ni son suyas, cada vez más tristes y melancólicas, preocupando con esa imagen bucólica a quienes les leemos y deseamos su bien, llorando por los rincones por ilusiones que no han sido ni serán más que eso, desnudando sus miserias clamando a gritos que le vean, que vean cuanto sufren, que miren el maltrato constante al que les somete la vida, buscando un culpable para todo, ocultando en la manera de lo posible hasta los buenos momentos, porque si eso se postea no recibe comentarios. Esa gente que pensamos que en cualquier momento se quita la vida, y por la que nos sentimos miserables por no poder ayudar, o no saber hacerlo, terminan insensibilizándonos ante el verdadero dolor, ante el sufrimiento real, aquel que no busca cobertura mediática ni protagonismo .

Luis perdió a su hijo, no llamo nunca la atención, regalo sonrisas, palabras amables y de afecto, fue generoso incluso con sus últimos 10 años de vida al lado de una mujer que se había encerrado en su dolor. Luis se fue, pidiendo perdón y dando las gracias, antes de eso, nadie se había fijado en  que él era también un ser dolido y roto, porque quien tenía a su lado acaparaba toda la atención. Yo vi llorar a mi viejo y lamentarse por no haberlo visto, por no haber visto antes la carta, que tal vez si hubiese llegado a tiempo……………
Mirad bien a vuestro alrededor, no miréis lagrimas ni post melancólicos, llenos de dolor, el verdadero dolor no se expresa, porque nos da vergüenza reconocerlo, mirad en la gente que conocéis de verdad y lo que ha pasado últimamente en sus vidas, nos estamos acostumbrando a que en las redes todos se ponen etiquetas, “me duele “estoy triste “el dolor me abruma” súplicas de atención y otra cantidad de ellas, mirad realmente a quienes podéis ayudar, e interesaros por lo que pasa en sus vidas. Es la única forma de reconocer el verdadero dolor, manteniendo contacto y si se puede con un café de por medio.

Mientras sed felices, porque si no tampoco seréis de ayuda.

El Pibe




viernes, 7 de marzo de 2014

Kafka

Para algunos es fácil identificarnos con la obra de este grande,
  un artista del hambre  desde el castillo infranqueable de su genialidad,
 negándose a ser el comerciante de su propia obra hasta el final.
Quienes en la infancia le leímos, seguimos el camino a casa como niños en un paseo de campo, 
como en un sueño, recreando en nuestra mente cada historia en el paseo repentino.
Seguimos el proceso de la metamorfosis hacia la madurez, nos sorprendimos que no dejaba de tener allí incluso el mismo sentido, se asemeja al mundo, incomprensible como la conversación con el borracho.
Hoy que me siento el pasajero de mi vida, con ese barullo de mi mente, encuentro el mundo otra vez tan loco y sin sentido como en mi infancia. El termino Kafkiano , muchas veces se quiere aplicar a lo irreverente, fuera de lo común, que de normal puede tener este mundo que avanza a cada vez más a convertirse en la colonia penitenciaria global.
El Pibe

miércoles, 5 de marzo de 2014

El Beso

El Beso                
Tu boca, asimétrica belleza
de unos labios dibujados,
los mismos que supieron declararme su amor
esos labios que me llaman
que quiero juntar con los míos

Mi boca, ardiente en deseo
ansiosos mis labios de acariciar los tuyos
mis labios, que no saben
que no pueden, decir
lo que mis dedos dibujan
en un cielo negro
sembrado cual estrellas blancas
de caracteres conocidos

tu lengua, caricia húmeda
que moja mis labios
penetra mi boca
se une con la mia, se aman
antes incluso
que nuestros cuerpos

te saboreo, poco a poco
muerdo tus labios
sujeto tu lengua con la mía
la respiración se acelera
se convierte en un jadeo
vibrante, caliente

te dejas llevar
sabes que se dónde llegar
confías en mí
acaricio tu rostro
en un momento abro los ojos
y los fijo en los tuyos
puedo ver tu vida
la niña sufriendo
la mujer luchando sola
la madre capaz de todo
esa que besa con pasión

seguimos besándonos
nuestras manos comienzan a hablar
recorren cada rincón de nuestros cuerpos
se encuentran, se unen
tu lengua  va marcando un camino en mi cuerpo,
sabe llegar, tus labios van besando
rincones que el tiempo dejo y que ya conoces,
y llegas, y tu boca se apodera de mí
tu lengua acaricia cálidamente
soy tuyo sin poder negarlo,
 te apoderas de  mi voluntad
lo sabes, te gusta, es parte del juego.
Te quedas hasta que te llevas  parte de mí,
y regresas a mis ojos, a besarme en la boca.

Mi boca, ansiosa de tu sabor
de recorrer el mapa de tu cuerpo
tu monte, tu valle, tus suaves colinas
sentir el temblor de tu piel mientras la recorre.
Voy besando esa tierra fértil,
siento en mis dedos que se adelantan,
el estremecer y el calor de tu sexo
me acerco, dibujo con mi lengua
acaricio, y entro, saboreo
beso, recojo tu sabor, y te siento latir.

Y mi boca, y tu boca, se unen,
al igual que nuestros cuerpos.



El Pibe 

jueves, 20 de febrero de 2014

hasta siempre


en ese cielo que no se si existe
en ese sueño eterno que te llevo
allí donde estés, no se si me veras
pero es mi deseo decirte 
que pasaste por nuestras vidas
como ese viento de verano
cálido, amable y cargado de esperanza
nos dejaste tu risa
nos mostraste que lo valioso
era lo que uno sentía, y debía perseguir
que aunque el mundo dijese que era un error
es mejor perseguirlo, que no tener un fin
no voy a poner tu nombre
vos no lo hubieses querido
quienes te conocieron sabrán
hoy llore, maldecí, me lo negué
ahora, doy gracias al destino
por haberte tenido un instante de mi vida
gracias por ese viento de verano
algún día, volveremos a reírnos
salud, por ti levanto otra vez mi copa
hasta siempre, amiga mía



El Pibe 

sábado, 15 de febrero de 2014

Como decirte que te amo

Intento apartar la mirada de tu rostro
pero cierro los ojos y solo te veo a ti
Intento alejarme para no sentir el olor a rosas de tu piel, 
pero el viento de la memoria lo trae a mi
subo el volumen de la musica para aturdirme
pero tu dulce voz me invade inexorablemente
intento no rozarte, pero tu calor me llega en oleadas
y mis dedos recuerdan, los mismos que ahora escriben
lo que mi boca no sabe articular.

Cuando me hablas, no puedo sostener la mirada
imposible expresar con mi voz lo que quisiera decirte
Quiero alejarme, poner distancia y olvidarte
y no puedo imaginar no estar a tu lado 
aunque solo sea para cuidar de tu fragilidad

Quieres saber y preguntas que siento
dolor, el mas profundo de la desolacion
no me duele saber que estaras en otros brazos
si esa es tu ilusion y tu felicidad
me duele saber que no quieras 
querer ser mia, ni mi querer

Seguire estando, esperando
a que algun dia, cuando logres verme
pueda volver a mirarte, oirte, sentirte
porque tu quieras querer que asi sea

Como decirte que te amo,
no lo se, tal vez ya lo haya dicho.

El pibe

viernes, 31 de enero de 2014

El Morocho Lacuesta

El Uruguay de 1978, para entonces yo cumplía mis doce años y ya era el tío de una hermosa nena que hoy se ha convertido en una viajera incansable, una sociedad amplia, acostumbrada a acoger en su seno a un abanico multicolor de ciudadanos, consciente de esto, aunque lo viese con la normalidad de quien se cría en un lugar así, me sentía orgulloso de ser un uruguayo más.

Como en pocos lugares en el mundo, aunque ese marketing lo hayan querido acaparar en Yankilandia, podías encontrarte en una mesa de truco, como las que se montaban en el bar de mi viejo, al tano Bofa, al señor Samuel Milkovich (no creo que haya que aclarar), a don Tarjesian, y al Morocho Lacuesta.

Sí, era el mismo país en el que luego del golpe de estado del ´73, hablar de política estaba prohibido, una reunión de más de 5 personas en torno a una mesa podía verse como conspiración y comerte una detención en averiguaciones, que si querías festejar un cumpleaños en tu casa tenías que pedir permiso en la comisaria y en la geografía de la escuela no existía la URSS,  pero esas eran cuestiones ligadas a una “normalidad” impuesta a golpe de fusil, el ciudadano de a pie tenía bien claro cuáles eran los derechos de cada uno y se respetaban entre ellos,  como ley suprema e inapelable.

Estos valores, que se habían forjado con el paso de los años en una sociedad formada por gentes que habían llegado a esa tierra, mi tierra, huyendo de los horrores de las guerras fratricidas, persecuciones políticas y hambrunas, un país que los acogía sin más condición que la promesa de una buena conducta y respeto por las leyes y derechos de todos. En ese país la sociedad condenaba cualquier indicio de xenofobia, racismo o persecución religiosa o ideológica, aunque así no sucediese con las autoridades de turno.

Pero no era perfecto, nada lo es, esa amplitud de criterio tenía sus excepciones, marcadas por las creencias y conocimientos aun escasos sobre las conductas humanas “alternativas”.

Aún faltaban algunos años para que grandes como Freddie Mercury, Los Village People y el maestro Sir Elton John, entre otros muchos que aquí no habría espacio para mencionar, removieran en el mundo entero nuestras mentes aun cerradas con su valor y talentos inigualables.

Pues bien, el Morocho Lacuesta era un  hombre sencillo, reservado, que nunca hablaba de su vida personal. Mientras el tano ni bien se sentaba a la mesa empezaba a quejarse del último puterio que le había montado su mujer, o Caraballo acodado en la barra contaba sus hazañas de juventud con las muchachas del barrio, el morocho se mantenía centrado en la partida.

Era como casi todos los morenos, una persona que no aparentaba su edad, vestido siempre impecablemente, su pantalón de vestir  con la raya planchada  a la perfección, camisa blanca impoluta, saco y corbata, en invierno una gabardina y chaleco de lana por debajo del saco, con el pelo bien corto perfectamente afeitado salvo por un bigote muy fino y bien recortado.. Destacaba además por unas maneras y conversación sumamente educadas, yo me quedaba embelesado escuchándole hablar del Uruguay de los años ´30, de los dos mundiales ganados que él había vivido, de las hazañas de Obdulio, del carnaval en la Ciudad Vieja, de la batalla del Rio de la Plata, recreadas todas ellas con lujo de detalles y con un estilo que acallaba el murmullo interminable que solía reinar en el boliche.

Se había jubilado ya hacía 5 años de la administración, no tenía hijos ni mujer, la única familia que le quedaba era una hermana en salto y un porrón de sobrinos. Era un habitué del bar de mi viejo desde hacía ya un par de años, sabíamos que había tenido que mudarse de Montevideo a Las Piedras buscando un poco de tranquilidad, pero yo no conocía más detalles.

Como siempre yo hacia los deberes en una de las mesas del bar, después de la hora de la comida, cuando mi mama estaba liada en la cocina, el señor Lacuesta se acercaba a ver mis esfuerzos en “idioma español” materia en la cual no gozaba entonces de buenas calificaciones, y con la paciencia de un santo intentaba explicarme reglas de ortografía y gramática, así como consejos para mejorar mi caligrafía.

Mi viejo, un hombre sencillo y muy llano, le conocía de la época en que trabajaba en aquel almacén del mercado del puerto con su tío, solían intercambiar historias de aquella época en la Ciudad Vieja, Lacuesta era un cliente asiduo del almacén.

Un día, llega uno de aquellos personajes que solían pasar por el bar mirando a los parroquianos como radiografiándolos, traje barato, mal planchado, bigote, pelo corto y la pipa abultando en la chaqueta, vamos un “secreta” a gritos.

Estaba la mesa de truco montada, estaban el tano,  Don Samuel, Tarjesian, se había acercado don Samir y Adolfo, Caraballo esperando que saliese alguno seguí la partida al lado de la mesa. Don Lacuesta salía del baño y en eso veo que se para en seco cuando ve al secreta, mi viejo adivino enseguida la jugada y para distraer le dijo, “le sirvo algo” al ajeno.

“Si, me va a explicar que hace el negro maricon ese aquí, no estará enredando otra vez en política”

Mi viejo, que temple no le faltaba, pero sangre tampoco, “Creo que usted se equivoca, el señor es cliente hace años y aquí no se habla de eso”

El personajillo oscuro, dio un repaso con la mirada al local, yo quieto y helado en mi mesa, le dedico una última mirada a mi viejo con desprecio y salió por la puerta. Afuera esperaba un Falcon negro con otros dos del mismo aspecto, se subió y salió dirección las brujas por la 48.

Dentro, el tiempo parecía haberse detenido, parecía que todos nos íbamos aquedar congelados en ese momento, la cara de Lacuesta reflejaba preocupación y desazón. Vi como la angustia se iba apoderando de él  y el sudor le empezaba a recorrer el rostro.

En eso siento que se mueve una silla, y luego otra, Caraballo que se sienta  a la mesa al lugar que le habían dejado y el señor Samir que se levanta y dice “a ver Morochio, vas a jogar o te vas a quedar ahí parado papiando moscas “necesitamos otro pal truco, somos cinco”

Esa era la sencillez con la que se arreglaban las cosas allí, todos eran los mismos que antes de que entrara aquel personaje despreciable, así que para que cambiar las cosas, Lacuesta se sentó, mi viejo siguió limpiando el estaño y yo a mis deberes de historia.

Hoy, luego de todo lo que supuestamente hemos avanzado, de todo lo que se ha luchado, no me puedo creer cuando me encuentro con gente que aun desprecia a sus semejantes por su raza, religión, o condición sexual y menos que alguno de ellos estén organizados en grupos que hasta llegan a tener representación política en países europeos.

Pero Uruguay tampoco está libre de esta lacra, lamentablemente sigue habiendo en nuestro paisito gente como aquel hombre del Falcon, que parapetándose detrás de una máscara de aparente humanidad se atreven a juzgar a otros por su condición, nazis , antisemitas, racistas que dicen que no lo son y homófonos, generalmente estos seres despreciables suelen juntar todas estas cualidades, de las cuales hacen alarde en sus reuniones de bestias pero se cuidan de ocultar al resto de la sociedad, por qué? Sencillamente porque otra cualidad que les caracteriza es la cobardía, como las cucarachas en la oscuridad salen huyendo cuando la luz cae sobre ellos, no tienen siquiera el valor de exponerse ante la sociedad. Y no vale como argumento “yo no me meto con nadie, no le hago daño a nadie con lo que pienso” con gente así, subió al poder en el año 1933 el partido Nazi, responsable de la muerte y persecución de millones de judíos y otras minorías étnicas y sociales en toda Europa, no señor no es excusa, la tolerancia y el apoyo a esas ideologías los hace tan culpables como los que aprietan el gatillo.

Yo seguiré recordando siempre los infructuosos intentos de Lacuesta por ayudarme, y a mi viejo detrás del estaño. La cara del tipo del Falcon es solo una caricatura grotesca que no merece lugar en mi memoria.



El Pibe