La Ganga.
Nuestra naturaleza latina y esa herencia árabe, que las
culturas del Mediterráneo no deben negar, nos ha llevado siempre a buscar la
ganga, el chollo, la oferta.
Nos gratifica tanto a la hora de encontrar esa diferencia en
el precio, o la ocasión de negocio única, que las endorfinas que liberamos por
este acto suelen nublar nuestra razón y no medimos las consecuencias, dejando
de lado la precaución y mesura que se debe tener siempre a la hora de realizar
cualquier tipo de transacción.
En el verano de 1996, la pelirroja y yo recibimos la visita
de su hermano que venía de Suecia, él se había ido siendo muy joven con sus
padres, obligados por las autoridades de entonces, y no había vuelto a Uruguay hasta
ese año. Enfermero de profesión en Suecia, tenía unos ingresos que le permitían
viajar y conocer mundo, había llegado con ganas de conocer la costa de
Maldonado y Rocha y en concreto quería estar unos días en Valizas para de allí seguir
hacia hasta Punta del Diablo e incluso Cabo Polonio, típico hasta ahí todo bien.
En eso de conseguir una casita en la zona para quedarnos
unos días estábamos, cuando llegó Carlitos, mi amigo desde los 15 , todos hemos
tenido un Carlitos en nuestras vidas, el típico amigo que lo hace mejor, más
grande y más barato, aunque nadie sabe entonces porque siempre está mangando y
no sale de pobre.
“Yo tengo un amigo, que tiene un chalecito en la barra de
Valizas, junto al arroyo que me lo deja barato, déjame a mí” esas últimas tres palabras
son las que me ponían siempre nervioso, como cuando nos quedamos tirados
viniendo de San Gregorio de Polanco por la 46, “déjame a mí que por aquí llegamos
antes a Montevideo” 2 días después llegábamos con la grúa.
Pero como la contraria, adicta a las gangas y todo lo que
significase un ahorro (además de que no conocía como yo a Carlitos), se enteró
de la gran “oportunidad” no tuve más remedio que ceder y confiar una vez más en
el buen hacer de mi amigo de la adolescencia.
Salimos un viernes a las 4 de la mañana para estar temprano,
mi suegro para que no me llevase la
camioneta me presto su coche(os acordáis de los Citroën elisee) cargamos el coche, y partimos rumbo a
unas soñadas vacaciones de 7 días con mi cuñadito en el maravilloso chalecito
que nos había conseguido mi amigo…..
Si ya sé que todos os estáis imaginando ya la clase de cuchitril
que me encontré, pues no, era peor de lo que os imagináis….
Se trataba de un ranchito con techo de chapa, donde le
quedaba, “monoambiente”, con cuatro literas y el baño afuera ( cuatro chapas a
forma de esconder las vergüenzas mientras
se evacuaba y un hoyo en la tierra, ducha?? Para qué, no ibas a ir a la playa?,
además si dabas dos pasos te metías en
el arroyo)
Mientras yo me golpeaba la cabeza y repetía como en un
conjuro maléfico mil veces el nombre de mi amigo, la pelirroja me iba diciendo “tranquilo,
si solo lo vamos a usar para dormir y el tiempo está bueno, que va a pasar”,
cuatro últimas palabras proféticas…
Esa misma noche, el cielo estrellado y la luna llena que disfrutábamos
cuando volvíamos de cenar en Valizas, dejo paso a unos nubarrones y un viento típico
de las tempestades estivales en nuestra costa, muchos años de acampada me habían
enseñado a no fiarme del clima por más verano que fuese. “Tranquilo, estamos bajo
techo, y mira pesimista, no hay goteras” Sentencio mi media naranja sanguina.
Sobre las 6 de la mañana, me despertó un sonido de agua,
medio dormido y con la resaca de la caipiriña del día anterior, me levante de
mi litera y…. me zambullí en el agua del arroyo Balizas!!!!
Si señor el “chalecito” era una ganga, a pesar de que no existía
ni una canilla ni tubería esa M. tenía agua corriente. Salimos como pudimos,
con nuestras cosas encima de nuestras cabezas, al mejor estilo de aquellas películas
de Tarzan, en que los exploradores cruzaban los ríos y pantanos de aquella África
en California, (si buana, menuda ganga)
Llegamos al coche de mi suegro, el mismo que afortunadamente
la noche anterior yo me había negado a estacionar en el “porche” del chalecito,
porque si no se lo hubiese llevado el Valizas a la costa junto con el resto de
naufragios de la zona.
Una vez el sueco se recuperó de su estupor y le convencimos
de seguir adelante con nuestras vacaciones, cargamos el coche y nos dirigimos
hacia Punta del diablo, donde un amigo de mi padre regentaba unas bonitas
cabañas, que no se parecían en nada a la ganga que acabábamos de dejar.
Carlitos dejo de aparecer por mi casa durante una buena
temporada, la flaca le había amenazado con envenenarle el café.
Hoy con el paso del tiempo puedo reírme como todos vosotros,
entre otras cosas porque no deja de ser una mera anécdota que no llego a
estropear ni siquiera esas vacaciones.
Pero hay otras gangas aparentes que esconden una trampa,
oportunidades de oro o simplemente el ahorro cotidiano que si no medimos bien
tarde o temprano nos puede arrastrar al fondo, en particular y como sociedad.
Hace unos años, cuando llegue a España, había comenzado ya un
fenómeno a nivel de, principalmente, Europa y Estados Unidos, que supo llamarse
aquí primero “milagro económico” (todos recordamos el España va bien) luego “boom
inmobiliario” y por “ultimo burbuja inmobiliaria “cuando ya todos estábamos esperando
a que reventara.
Esa ganga de economía, que ninguno de nosotros quiso ver por
donde le entraba el agua, hoy nos tiene sumergidos en una de las peores crisis
de todos los tiempos.
No contentos con todo esto, en el año 2010 el gobierno chino
comienza a comprar deuda pública española de forma alarmante, lo cual no solo
no dispara las alertas si no que es promovido he incentivado, la panacea de la recuperación
de las arcas del estado.
A la par de esto se venían ya firmando acuerdos comerciales con el
gigante asiático, que pocas empresas españolas terminarían viendo favorable.
Comenzamos ya hace unos años a notar una invasión de productos
de uso cotidiano que su origen es chino, los mismos que siempre se habían producido
en el país, por hacer una diferencia en la compra íbamos a adquirirlos a uno de
esos miles de locales que ahora pululan por nuestras ciudades. Perdonen mi
ignorancia, pero hasta ahora no he oído a nadie decir, le estamos vendiendo a
los chinos 1500 millones de …… español.
Empresas que nos abastecen de servicios básicos, últimamente
lo hacen a través de tecnología fabricada netamente en china, es el caso de Telefónica
que no se cortó un pelo en cortar todos los contratos con proveedores españoles
y europeos para sustituir todo su material por producto chino (mirad en la
parte de atrás de vuestro rúter o teléfono domo y veréis de donde viene.
No se trata de ningún complejo ni aversión con los chinos,
pero es lógico que si ellos tienen que procurar trabajo y sustento a sus más de
1500 millones de ciudadanos, no van a mirar por nosotros en ningún momento.
En Latinoamérica ya sufrimos durante muchos años el
colonialismo económico por parte principalmente de empresas Estadounidenses,
llegando a favorecer incluso varios de los golpes militares que terminaron de
arruinar la región durante décadas.
Que pasara el día que el boom industrial y económico de
China colapse, que pasará con todos esos países que han vendido su deuda y están
atados aunque no lo quieran reconocer a una balanza comercial desfavorable?
Las gangas, terminan saliendo caras, mi viajecito con el
Sueco, me salió al final como unas vacaciones en Brasil, esto que no estamos
viendo nos puede costar el futuro.
El Pibe
Quien no tubo un Carlitos en su vida, que divertida la historia a mi me paso pero con una tienda de campaña, mi novio de entonces dijo "este es el mejor lugar para acampar". En plena madrugada estire los pies y estabamos como en un colchon de agua. Que recuerdos y bueno la segunda parte lamentablemente tenes razon el futuro es incierto a ver que mundo dejamos a nuestros hijos. Gracias de nuevo por transportarme a mi adolecencia solo como vos saves. Genial esta vez rei.
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